Hipertensión Arterial: Repercusiones orgánicas de la HTA

11.3.- Repercusiones orgánicas de la HTA

Retinopatía hipertensiva
El estudio del fondo de ojo nos sirve para saber si hay daño
hipertensivo en los vasos sanguíneos, informándonos del grado
de daño causado por el proceso hipertensivo (ver manual de
Oftalmología).


Repercusiones cardiovasculares
La hipertensión arterial condiciona un aumento de la postcarga
que origina, como mecanismo de compensación, una hipertrofia
concéntrica del ventrículo izquierdo. A su vez, esta hipertrofia
condiciona un deterioro de la distensibilidad (disfunción
diastólica) y, a largo plazo, un deterioro de la contractilidad
(disfunción sistólica), apareciendo así una insuficiencia cardíaca
congestiva (MIR 00, 88; MIR 00F, 46). Además la hipertrofia
miocárdica supone un incremento de las demandas de oxígeno,
lo cual contribuye a la aparición de cardiopatía isquémica.
Por otro lado, la hipertensión arterial mantenida en el tiempo
condiciona cambios degenerativos en la pared de las arterias,
que, en arterias de grueso calibre, puede ocasionar aneurisma
o disección aórtica y enfermedad arterial periférica. En las arterias
pequeñas, estas alteraciones pueden aparecer en forma de
hialinosis, microaneurismas de Charcot-Bouchard, necrosis
fibrinoide o arterioloesclerosis hiperplásica, siendo estas dos
últimas lesiones típicas de la hipertensión arterial maligna.

Aterosclerosis
La hipertensión arterial es uno de los factores más importantes
que contribuyen a la aterosclerosis, y de ahí que los pacientes
con hipertensión arterial frecuentemente se compliquen con
infarto de miocardio (aterosclerosis coronaria), infarto cerebral
(aterosclerosis de las arterias carótidas o intracerebrales), claudicación
intermitente (aterosclerosis obliterante de miembros
inferiores), trombosis mesentéricas o aneurisma aórtico, ya
sean abdominales o de la aorta torácica descendente.

Repercusiones neurológicas
Lo más frecuente es que la hipertensión arterial ocasione síntomas
inespecíficos como cefalea occipital, tinnitus o vértigo.
Sin embargo, la hipertensión arterial puede dar lugar a repercusiones
neurológicas más graves, entre las que cabe destacar
los accidentes cerebrovasculares y la encefalopatía hipertensiva.
Los accidentes cerebrovasculares en el paciente con hipertensión
arterial descontrolada pueden ser tanto hemorrágicos
como isquémicos. La encefalopatía hipertensiva se manifiesta
por una disminución del nivel de consciencia, edema de papila
e hipertensión intracraneal en el contexto de una hipertensión
arterial grave. No son frecuentes los signos de focalidad neurológica.

Nefropatía hipertensiva
Generalmente, el daño hipertensivo causado sobre la vasculatura
y el parénquima renal es paulatino, crónico, evolutivo y
silencioso; permanece asintomático hasta que se hace aparente
la insuficiencia renal. Además de ser la causa de la HTA, el
riñón también sufre sus consecuencias. El riñón es un órgano
diana más de la HTA, presentando con el tiempo fibrosis progresiva
del árbol microvascular preglomerular y del glomérulo
(nefroangioesclerosis). Recordemos que ésta es la segunda
causa más frecuente de insuficiencia renal crónica y la primera
en mayores de 65 años, y que la HTA es el principal factor de
progresión de la insuficiencia renal crónica.
De acuerdo con el grado de daño orgánico producido, la hipertensión
arterial puede encontrarse en diferentes etapas (OMS):

Tabla 3. Etapas de la HTA según las repercusiones orgánicas.