Hipertensión Arterial: Tratamiento

11.5.- Tratamiento
En los ensayos clínicos, la terapia antihipertensiva se ha asociado
a la reducción de la incidencia de accidente cerebrovascular
de un 35-40 %, de infarto de miocardio de un 20-25 %, y de
insuficiencia cardíaca en más de un 50 %.

El objetivo del tratamiento es conseguir una presión arterial
menor de 140/90 mmHg, aunque en los pacientes con mayor
riesgo cardiovascular, como los diabéticos o los nefrópatas, el
objetivo es más estricto, pretendiéndose alcanzar una presión
arterial menor a 130/80 mmHg.

Medidas generales
La primera medida que se debe adoptar ante un paciente
hipertenso consiste en modificar sus hábitos de vida perjudiciales
que puedan estar contribuyendo al aumento de la presión
arterial, así como controlar el resto de factores de riesgo
cardiovasculares si los presenta.

Tratamiento farmacológico
Los grupos farmacológicos empleados en el tratamiento de la
hipertensión arterial incluyen: diuréticos, betabloqueantes,
IECAS, ARA-II, calcioantagonistas y alfabloqueantes (ver
Fármacos en Cardiología).

Clásicamente se consideraba que los diuréticos y betabloqueantes
eran los únicos fármacos que habían demostrado
aumentar la supervivencia en la HTA (MIR 00, 90). Hoy en día
existen estudios que avalan el uso de todos los grupos farmacológicos,
pudiendo considerarse que la mayoría de los grupos
farmacológicos disponibles son no inferiores a los diuréticos y
betabloqueantes. En general, la elección de uno u otro grupo
farmacológico dependerá sobre todo de la patología acompañante
que haga más indicado un tipo de fármaco o contraindicado
otro.

Cuando la presión arterial es mayor de 20/10 mmHg sobre el
objetivo se debería considerar iniciar la terapia con dos fármacos,

bien como prescripciones separadas, bien como combinaciones
en dosis fijas. La iniciación de la terapia farmacológica con más
de un agente puede incrementar la posibilidad de conseguir el
objetivo de presión arterial de forma oportuna, pero es precisa
una precaución especial en aquellos pacientes con riesgo de
hipotensión ortostática, como diabéticos, disfunción autonómica,
y algunas personas ancianas. En el tratamiento del paciente
hipertenso con insuficiencia renal crónica es fundamental el control
de la volemia con restricción de sal y diuréticos (MIR 07, 32),
así como disminuir la proteinuria con IECA o ARA-II.

Tabla 5. Medidas higiénico-dietéticas para el control de la hipertensión arterial.
Figura 3. Algoritmo terapéutico de la hipertensión arterial.

Consideraciones especiales

El hipertenso y algunas patologías concomitantes requieren
una especial atención y seguimiento por el médico.

Indicaciones especiales
La tabla describe algunas situaciones de alto riesgo en las que
cierta clase de fármaco antihipertensivo está especialmente
indicado (MIR 03, 94; MIR 00, 81; MIR 99, 30; MIR 97F, 54),
teniendo en cuenta que el tratamiento óptimo en muchas ocasiones
viene dado no por la recomendación específica de un
grupo farmacológico, sino por las contraindicaciones del resto
(MIR 06, 25; MIR 03, 94; MIR 00F, 51; MIR 97F, 131).

Tabla 6. Indicaciones y contraindicaciones de los fármacos antihipertensivos.